viernes, 29 de junio de 2018

IX Gran Trail Peñalara 2018 (29-junio-2018)

Son las 4:30 de la mañana y estoy inmerso en un bosque de coníferas subiendo al Puerto de La Morcuera. Hace tiempo que mi cerebro empezó a desconectar de mis piernas y cada vez me siento más cansado y con sueño. Mi mente me pide parar, tumbarme a un lado y recuperar, pero la noche es fría y podría tener problemas. Mi cuerpo, como si de un autómata se tratara, intenta mantenerse en pie a pesar de los tropiezos y deslices en el camino....

Recuerdo una salida por el monte con Alberto y Rafa en la que salió a mención el GTPeñalara. Ellos ya habían corrido la de 60km y querían probar con la prueba reina, yo ya la tenía en mente hace tiempo, pero no había surgido la ocasión.

Y dicho y hecho, salió el periodo de preinscripción y en diciembre recibimos la feliz noticia de haber sido galardonados con una plaza. Ya teníamos fecha, hora y lugar, viernes 29 de junio a las 23:30 en Navacerrada. Bien ahora solo restaba entrenar, 6meses y medio por delante....

El entrenamiento:

Hace ya casi 2 años desde la última vez que me enfrento a un Ultra. El último fue G2Haundiak en 2016, precisamente la prueba que me permite acreditar mi participación en GTP. Desde entonces, una paternidad que ha obligado en cierta manera a levantar el pie.

Los meses se van sucediendo, y sin un plan preciso para llegar suficientemente preparado, apelo a la experiencia de otras ocasiones y a participar en distintas pruebas alrededor de Cáceres donde resido. Entrenar una prueba de estas características en la ciudad de Cáceres, no es sencillo, con un par de montículos que no superan los +200m obliga a reinventarse continuamente.

Un mes antes de la prueba, he decidido correr en el I Desafío Galayos, 45km y D+2.400 que ayudarían a poner la máquina a punto en altura y terreno técnico. Que complementé con el Maratón Vetón, por cierto con un resultado que no esperaba.

Varios entrenos en días consecutivos buscando que el cuerpo no tuviera tanto tiempo para recuperar y cuando por unas causas u otras ya no he podido entrenar por las tardes a diario, madrugada con el amigo Ricardo (5:15am) para echar una tirada, aunque sea corta, antes de ir a trabajar.

En fin, en los últimos 6 meses, 124 horas, 1.562km, D+40.000 y de entreno. “Habrán sido suficientes?”

Los días previos:

Como si de un examen se tratara, la última semana es momento para la reflexión. Habré entrenado suficiente, qué material debo llevar, qué ropa me pondré, cuántos geles tomaré...en qué ritmos se moverá la cosa?

A mí me gusta hacer un pequeño estudio del perfil, con los avituallamientos, desniveles, puntos kilométricos, etc... y en esta ocasión dado que la Organización facilita posibles tiempos de paso, me marco otros intermedios donde en un principio pensaría podría estar. Al final me sale algo así:

Más tarde lo plastificaré y llevaré conmigo en la carrera para consultar de vez en cuando. Creo que en este tipo de pruebas, el poder dividirlo por partes, estudiar los desniveles y compararlos con zonas conocidas de entrenamiento, planificar donde comer y recargar,... es muy importante. Especialmente para no tener que pensar en ello durante la prueba. En cuanto a mi alimentación, la estrategia intentará ser sencilla; una píldora de sales cada hora (alarma reloj), un gel cada ~10km y parar tranquilamente en todos los avituallamientos a recargar agua y comer.

La última semana ha sido baja en carga de kilómetros pero sin parar completamente. El miércoles damos cerrojazo y reposo hasta el viernes.

El día D:

En un principio la idea había sido tener el viernes libre para viajar el jueves y descansar lo máximo posible el viernes por la zona sin tener que viajar ni madrugar. Pero los hechos finalmente han sido otros, y tras madrugar y currar, cojo el coche dirección Madrid. Llego a tiempo a casa de Alberto para comer, e intentar descansar un rato en la cama antes de la gran cita. Apenas unos minutos de desconexión mental, una leve tormenta veraniega y el recuerdo de lo que tenemos por delante, apenas me permite un sueño en condiciones.

Preparamos todo el material, bolsa de cambio para Rascafría, bolsa de ducha....

...y partimos con tiempo hacia Navacerrada para aparcar y cenar algo antes de la carrera.

Una vez allí, ya el aparcamiento es complicado, son muchos los participantes de la prueba Cross Nocturno. Voy a recoger mi dorsal y la bolsa del corredor...
 

Nos acercamos a ver la salida del Cross y luego a cenar el último plato de pasta (y ya van unos pocos esta semana). 

Poco a poco va cayendo la noche y se acerca el momento decisivo. Aunque se suele tener todo preparado, los nervios te hacen olvidar algo, que si la vaselina, que si el vendaje del tobillo, que si el agua,...

A pesar de ir con tiempo, son ya las 23:00 vamos hacia meta y hay que pasar el control. Total, que cuando nos damos cuenta estamos más bien atrás de todo el pelotón de salida. Esto significa que tocará esprintar un poco en la salida.

El speaker va calentando el ambiente, presentando a los top que hoy se dan cita aquí, cuando nos damos cuenta...3, 2, 1 y goooooooooooooo.

Al principio, mucha aglomeración. Poco a poco vamos avanzando posiciones saliendo de Navacerrada y adentrándonos en la pista de subida hacia La Maliciosa. Bastones fuera y a bailar.

Paso a paso y metro a metro vamos ascendiendo. Me he descolgado algo de Alberto y Rafa. En este tipo de pruebas es realmente complicado poder mantenerse en grupo, en parte porque al haber tanta gente y de noche, te despistas y por otro lado la distancia hace que los momentos valle que yo digo (esos en los que preferirías estar en cualquier otro sitio y te cuestionas todo, bajas ritmo,...) no suelen ser coincidentes y por ello dificulta mantener un mismo ritmo conjunto. Espero volvamos a reagruparnos más adelante cuando yo tenga uno de esos valles.

A medida que ascendemos a La Maliciosa y salimos del amparo del bosque, se va notando con mayor intensidad la temperatura de la noche. Este año parece que no se va a caracterizar por altas temperaturas, lo cual me va genial. Manguitos arriba, manguitos abajo iremos sorteando la situación. 

Primeros 9 kilómetros y tras 1 hora 27 minutos estoy ya en cumbre donde nos espera un gran número de aficionados. Desde allí unas vistas preciosas de la zona de la Cuenca Alta del Manzanares iluminada.

Hay una ligera niebla y viento, y por tanto bastante fresquete, así que arrancamos la bajada. Por el camino me enchufo el primer gel y algo sólido. La bajada es muy técnica y bastante peligrosa, por lo que el primer tramo hay que tomárselo con mucha calma.

PK17 (Canto Cochino) y primer avituallamiento. Miro el reloj y marca 2 horas 36 minutos. “Esto se nos va a hacer largo”, pienso yo. A pesar del frescor nocturno, en esta zona hay bastante humedad e incita a beber constantemente, aparte de que voy empapado. Eso obliga a rellenar los bidones en cada avituallamiento.

Me enfrento a la subida a La Pedriza, corta pero intensa para atravesar una zona mágica llena de bloques y vías.

De nuevo una bajada “complicada” por la nocturnidad y cantidad de regaderas en el camino hasta alcanzar la pista próxima a Soto del Real que nos aproximará hacia el Hoyo de San Blas. Que por cierto tuve la ocasión de reconocerla hace dos semanas.

PK27 y 4 horas 15 minutos. Nuevo gel, cafeína contra el sueño y pista. En estos momentos ando haciendo la goma con la 3ª clasificada en carrera.

Cogemos el desvío de subida a La Morcuera tras el antiguo refugio forestal y comienza mi primer valle.

Para mí un Ultra se puede definir de la siguiente manera:

Dependiendo de la fortaleza física y mental con la que te enfrentes a la prueba, T será mayor o menor y nuestros momentos de crisis serán más o menos. Yo ahora mismo me encuentro en el fondo del primer valle subiendo La Morcuera. Deben ser las 4 y pico de la mañana y mi cuerpo se está desconectando de mi mente. El cuerpo se va relajando por el sueño acumulado del día (y de la semana), hasta el punto de sufrir varios resbalones y enganchones con la vegetación. Incluso valoro el resguardarme en algún punto y echar una cabezadita, lo cual hubiera sido una inconsciencia.

Avanzo poco a poco intentando engancharme con otros corredores que vienen de atrás hasta que llegamos a la zona alta, paralela a la carretera que indica fin de la subida y proximidad del avituallamiento.

PK39 y 6 horas 13 minutos. El Refugio Juvenil de La Morcuera está francamente animado, los voluntarios se desviven por ayudarnos, pero el frío es importante (especialmente cuando paras) y merece la pena descender. Un picoteo de lo que el estómago permite, reponemos líquidos y camino. Por delante una larga y pestosa pista de 15km descendentes hasta Rascafría.

PK55 y 7 horas 44 minutos (puesto 31º). Avituallamiento de Rascafría y base de vida donde podemos recoger nuestra bolsa de cambio. Aprovecho para activar los datos del móvil, informar a la familia e intentar chequear donde están los compañeros por si me merece la pena esperarlos y reagruparnos. Me entero que Alberto ha tenido problemas que le han obligado a abandonar y Rafa está a bastante distancia.

Recupero mi bolsa, me acomodo en la campa, intento comer algo (el estómago empieza a cerrarse, malo), me cambio de camiseta y calcetines y paso por el baño. Compruebo la rozadura que hace unos kilómetros me está haciendo la zapatilla derecha. “Aguantaré con ello”.

No sé el tiempo que habré pasado, quizá 20 o 25 minutos. En ese tiempo me ha adelantado bastante gente, pero ese es el menor de mis problemas. Me veo en otro valle particular sin muchas ganas por salir, y cuanto más tiempo pase peor. Hacemos de tripa corazón, recargamos agua y arrancamos escuchando a EUKZ en el mp3.

Por delante el temido Reventón camino a Peñalara, amaneciendo y dando paso al temido sol. Una primera parte sombría y por bosque, anima a avanzar con paso firme. Entre la música y la ayuda de los bastones me veo francamente bien. Ya una vez en la pista forestal voy alcanzando a varios corredores, entre ellos la 5ª y 4ª féminas. Hasta el Puerto del Reventón (PK63 y 9horas 40 minutos). Desde allí un continuo sube y baja hasta la Laguna de los Pájaros azotados por un fuerte viento.

Allí arranca una eterna subida/escalada cresteante hasta la cima de Peñalara, cota máxima de la prueba (2.428m).

Retornamos sobre nuestros pasos hasta el desvío que nos dirigirá hacia La Granja. Llegando a La Granja “recupero” posiciones y de nuevo me encuentro con la 3ª clasificada femenina, Martha Ccorahua.

PK85 y 12horas 35minutos. En La Granja de San Ildefonso nos esperan Los Locos del Cerro. El grupo de voluntarios del avituallamiento que tan cómodamente te hacen sentirte. Te sientan en la sombra y te avituallan personalmente todo lo que quieras. Da hasta pena salir de allí pero hay que irse. Unos hielos para el camino y un softflask adicional para el calor.

Por delante un tramo muy pestoso por la orilla del río Eresma dirección del área recreativa de La Boca del Asno. Un sitio precioso que me gustaría conocer en otras circunstancias.

Tras un tortuoso periplo (terreno cómodo pero que a estas alturas con el kilometraje y el calor se hace infernal), llegamos al avituallamiento de la Casa de la Pesca donde arrancan 4 kilómetros hasta Fuenfría. En el avituallamiento nos dicen que D+400m, a mí me pareció como subir al Mont Blanc. Luego me enteré que se llama el Arrastradero, quizá por eso de que te arrastras. Una pista forestal con desniveles imposibles que salvo gracias a los bastones.

PK100, llegamos a Fuenfría, echando el bocio tras el Arrastradero pero con el gusanillo de que el final está cerca. Por delante el famoso (para mí no tanto), camino Smith que conecta con el Puerto de Navacerrada. Allí me uno a Juan Alberto, un asturiano muy simpático con el que comparto un tramo charlando. En una de estas, “ZASSS” tobillo torcido, no me lo puedo creer, si ya no queda nada y en el tramo “más llano”. Pues tendrá que aguantar.

PK103, 16 horas 19 minutos. Puerto de Navacerrada, no sé muy bien por qué pero me dejo llevar hasta el avituallamiento que está apartado del punto de control, si no tengo ni hambre ni sed y los bidones van llenos. Después de un leve descanso (Juan a tirado recto) arranco de nuevo. A penas un faldeo antes de enlazar con la carrera de 60K y comenzar la bajada de La Barranca.

Las piernas ya van al límite y tampoco me fío del tobillo torcido. Así pues esta primera parte me la tomo más relajadamente, son 4-5 kilómetros hasta coger la pista que usamos de subida hace varias horas. En este descenso me alcanzan varios corredores, “si no hubiera parado en el avituallamiento....”

Enlazo con la pista, PK108 y 17 horas 12 minutos. Apenas 5 kilómetros a meta e intento probar si las piernas aún tienen rock&roll. Parece que sí y no me cuesta avanzar a 4:30-4:40min/km. El final está próximo y la emoción por haber conseguido este reto me hace olvidarme del dolor y “volar”.

Pasamos por la rotonda de entrada (“la roca colgante”) y no puedo evitar acordarme de Alberto quien soñaba con verse de vuelta por esta rotonda, síntoma de que había finalizado también el reto. Y enfilamos la bajada a meta donde esperan decenas de amigos y familiares de otros corredores animándonos.

Cuando voy llegando veo el reloj de meta y no puedo creerme estar en las 17 horas y 30 minutos. Estos días atrás ha sido una de mis grandes dudas, qué tiempo podría hacer y el ritmo a mantener. Luego en carrera, hablando con unos y otros parecía que 18 horas podría ser algo magnífico y por momentos me pareció inalcanzable. Y haber acabado en este tiempo y con “buenas” sensaciones...me abre el espíritu para otras aventuras.


Y en una impensable 36ª posición. 



Datos de carrera (mi Garmin):
Distancia: 116km (112,45km)
Tiempo de carrera: 17h 30min 10seg
Tiempo en movimiento: 13h 35min 42seg
Posición: 37º general (27º categoría) (550 corredores)
Ritmo medio: 9:20min/km
Ritmo medio en movimiento: 7:15min/km
Desnivel positivo: 5.100 (4.674m)
Desnivel negativo: 5.100 (4.676m)

(*) Primera vez que usaba este Garmin en tanta distancia, y quizá no le configuré adecuadamente para la toma de los points.

Conclusiones:
-          Ha sido un año “difícil”, de cambios, muy bonito por otro lado. Me he tenido que reinventar para poder sacar algún rato de entreno intentando no quitar tiempo a la familia. A veces es imposible y por ello esta carrera va dedicada a mi esposa Silvia y mi hijo Asier. Por su paciencia y comprensión.

-          En ocasiones he llegado a pensar que no estaría a la altura de las circunstancias, que no llegaba entrenado. Pero como dicta la frase de mi blog, “non gongoa, han zangoa”.

-          Durante estos meses he tenido el aliento de muchos de mis compañeros del club GPM Trail. Quizá confiaban más en mí que yo mismo. Muchas gracias por vuestras palabras. En particular Aitor, por tus entrenos en carrera y Ricardo por animarme y levantarme de la cama a las 5:00am para aprovechar el día con un entreno madrugador. Oscar por tu GASSSSS! Se agradece mucho.

-          Y no podía olvidarme de mis compañeros de batalla, Alberto y Rafa. Espero y deseo tener muchos más momentos como estos con ustedes.

-          Mis gracias más profundas a todo el conjunto de voluntarios. Es encomiable la labor que realizan y cómo la realizan. Te hacen sentir especial y olvidarte en otras cosas. Infinitas gracias!!!

-          Ya se puede decir que soy GTPero.

sábado, 9 de junio de 2018

IV Marathon Vetón (Béjar) (09-junio-2018)

Quién me mandaría a mí!!!

Este año no iba a poder ser los 100km a pie, no debía teniendo en cuenta que en tres semanas corremos GTPeñalara (114km) y a pesar de que Jorge Salvador me tentó. Lo más sensato era hacer un buen entreno largo con la Maratón y así quitarme la espinita de 2015 cuando no llegué a tiempo de conseguir dorsal.

A pesar de no haber corrido sólo la Maratón aún, conozco el recorrido (de otros años los 100km) y sabía que se podía ir muy rápido, pero no me esperaba tanta velocidad...

Me levanto alrededor de las 6:15am, cojo el coche y recorro los 140km que me separan de Béjar. Un rápido desayuno por el camino y a las 7:40 estoy aparcado y en el Pabellón dispuesto para cambiarme. La salida es a las 8:30, todo un acierto teniendo en cuenta el azote del sol otros años, y voy con tiempo para ir estirando y calentando.

Quedo con Jaime para que me dé el dorsal que recogió el día anterior y se eche su último café antes de la carrera...

...y cuando me doy cuenta son las 8:25 y él tan tranquilo. Al final llegamos por los pelos para la salida. Poco más que saludar a los conocidos alrededor y preparados, listos, ya...

Comenzamos con un primer tramo por las calles de Béjar. Como no ha dado tiempo a ponerse en filas delanteras, toca ir saltando en los primeros metros. Cuando me doy cuenta, al lado de Heras. Todo un espejismo por supuesto, porque nada más comenzar la calle Colón, nos puso a todos en fila india. Y es que pareciera que hubieran dado la salida a una media maratón de asfalto, cierto es que el primer tramo es muy, muy favorable, pero hasta 41km, no habrá tiempo para correr...

El día se presenta excepcional, nada de calor, cielo nublado y nada ventoso:

por lo que en ese aspecto, la cosa va muy bien.

Me alcanza el amigo Julio y vamos charlando de nuestras cosas. Al paso por el PK2.5 estamos en torno al 10º puesto y no vamos precisamente lentos.

Cruzamos la autovía por debajo (La Umbría) camino hacia la calzada. Antes de empezar la subida a la calzada, PK7, me da por mirar el reloj y marca un ritmo de 4:03min/km. Terreno hasta ahora muy favorable, pero... comenzamos la subida y paso a paso me voy despidiendo de Julio. Voy subiendo “cómodamente” con la referencia visual de un grupito delante.

Ya en La Calzada (PK9) rebaso a algún corredor pasando de 10º a 9º. Cojo un poco de fruta, gel y seguimos...

Tengo muy cerca a un grupo de 3 corredores y estaría genial poder unirme a ellos para no ir solo hasta Montemayor al menos. Poco a poco voy tomándoles metros pero me cuesta un potosí. Hasta el PK11 más o menos no me uno a ellos.

Al principio me pareció buena idea, pero viendo el ritmo que se marcaban en la bajada hasta Montemayor...me dio por pensar si no fundiría plomos.

Pasamos por el PK14 donde hay una estación de agua. Sin intención de parar por parte de ninguno, cojo una botella de agua sobre la marcha, relleno el softflask y listo.

Se va acercando mi “bicha”, la bajada por la calzada romana hasta Montemayor. Poco más de 1km algo técnico y en esta ocasión más resbaladizo por la humedad. Se me escapan los compañeros de faena (David y Chago), hasta cerca de 2 minutos que en aquel momento me parecieron irrecuperables. Entro 8º en Montemayor (PK21) con 1h38min a 2-3 minutos de la cabeza si nos olvidamos de Heras. De nuevo me encuentro con Cris y Estrella. “Qué gusto da recibir ánimos de conocidos!”. Otro gel, algo de sales, plátano y listo...

Cojo el camino junto al río previo al muro de “Huy” que nos llevará hacia Peñacaballera y no hago más que acordarme de cómo me torcí el tobillo en este mismo punto (PK50) hace dos años en la Ruta Vetona. Afortunadamente en esta ocasión paso de día y con más cuidado (no hay nada como haber tropezado antes para aprender).

Subida hasta Peñacaballera, D+185 en 1,5km (12% de media) que en circunstancias normales se sube con la min... pero con 24km en las piernas, hace algo más de bola. A pesar de ello, subo a mi ritmo, un par de andadas (una de ellas para autoavituallarme) y pronto veo a David y Chago. Los cojo llegando a Peñacaballera y más o menos seguimos juntos hasta Puerto. Chago parece tocado, lleva un par de avisos en los isquios. Le cedo una pastilla de sales y por momentos va recuperándose. Es todo un figura.

Ahí ya me voy acordando que cerca debe estar mi compañero Aitor que me “prometió” acompañarme los últimos kilómetros. Subo hacia la estación de tren, giro a la izquierda y tomo la vía verde y ahí aparece inconfundible.

“Vas 6º” me dice, “y tienes muy cerca a Alberto y Abelardo”. Para que nos hagamos una idea, estamos en el kilómetro 29, llevamos una buena tunda en las piernas y lo que queda no es complejo en lo que a desnivel se refiere y precisamente por eso, se presenta duro por lo rápido.

A pesar de ello, toma las riendas, vamos charlando, me va comentando como va su entreno, como ha visto a unos y a otros. “Heras, en otra galaxia, saca la vida a los segundos...”. Tomamos el desvío a Puerto de Béjar, ya las cuestas van pesando y no se suben con la misma alegría. Como para coger a nadie más...
Pasamos por el avituallamiento de Puerto de Béjar (PK31), 2h28min. Otro gel, vaso de aquarius y listo.

Nos restan 10 kilómetros y aún no me creo el tiempazo que llevo (para ser yo). Pasamos por la típica zona embarrada antes de cruzar de nuevo la nacional, atravesar Cantagallo y coger la vía de servicio paralela a la autovía.

Comenzamos a ver a otro corredor justo delante. “Es Alberto” me dice Aitor. A mí me parece un mundo lo que nos separa, sobretodo sabiendo lo que nos queda. Pero lo cierto es que llegando a La Gloria y una vez conectando de nuevo con la vía verde (PK36,5) le damos “caza”. Parece algo más cansado y Aitor pronto me pone a un ritmo de 4:30, es llano y hay que aprovechar estos 3 kilómetros. Al principio le sigo animado, pero veo cómo se va vaciando mi barra de estado. La posición no era algo que me preocupase, pero no se está todos los días 5º en una maratón y con los fieras que hoy corrían, así que intento aferrarme al puesto sin despistarme mucho porque Chago viene pisándome los talones, no me va a dar ni un respiro siquiera en la subida por la Cañada de Merinas.

Una vez arriba sólo queda dejarse caer hasta la Calle Colón y recta a meta. Por el rabillo del ojo hemos visto que no viene nadie cerca, lo cual nos deja paso a disfrutar de estos últimos metros en compañía con Aitor para parar el crono en 3 horas 20 minutos.

Y en una increíble 5ª posición.


Ahora duchita, reponer alimentos y de vuelta a casa para saborear el momento.


Datos de carrera (mi Garmin):
Distancia: 42km (40,78km)
Tiempo de carrera: 3h 19min 34seg
Tiempo en movimiento: 3h 18min 56seg
Posición: 5º general
Ritmo medio: 4:54min/km
Desnivel positivo: 983m
Desnivel negativo: 989m

Conclusiones:
-          A pesar de esperarme hasta último momento para apuntarme puesto que no tenía claro si podría asistir. Me alegro haber podido sacar un entreno tan bueno de cara al Gran Trail de Peñalara. Esperemos que no nos pese el exceso de velocidad.

-          La Organización, mejorando año a año. Ha habido una mejora notoria en lo que a señalización se refiere, lo cual ayuda mucho (especialmente en la parte nocturna). Gracias a todo el voluntariado sin los cuales no son posibles este tipo de pruebas.

-          Enhorabuena a tod@s los participantes, corit@s, bejaran@s y otros amig@s llegados de todas partes.

-          Y muchas gracias a Cristina y a Aitor por el apoyo moral durante la carrera.