El año debuté en un
Media Distancia (1,8 + 80 + 21), me quedé con buen sabor de boca y me encantó
la organización.
El 14 de junio se
disputaba la modalidad de Larga Distancia (3,8 + 180 + 42) que todos conocemos
como IRONMAN (aunque sea una marca registrada), pero yo estaría corriendo la
Hiru Haundiak. Así que tendría que esperar.
Así pues, en enero me
dio el locurón y decidí apuntarme a la edición 2015 con mucha ilusión. Sería
uno de los objetivos deportivos del año.
Lástima que poco
después, una lesión de rodilla, me mantuviera fuera de juego durante 3-4 meses.
No pude participar en los Bandoleros y mucho menos empezar a preparar una
prueba de estas características como es un IRONMAN.
Dejé pasar los meses,
una boda de por medio y una vez recuperé la confianza, decidí por qué no
intentarlo. Sería una manera fantástica de cerrar el año. Así pues en agosto
decidí volver a tomar las riendas, me apunté al gimnasio para evitar los 40º en
Cáceres y aprovechar a nadar, fortalecer y correr en cinta. Me iba sintiendo francamente
bien, no sabía si suficientemente preparado, pero mentalmente sí. Dejé
septiembre para retomar la bici y poder hacer salidas largas. Todo ello no era
un entrenamiento muy al uso, pero era lo que podía compaginar. Lamentablemente,
a primeros de septiembre, después de la quedada Trail a Cañaveral, me escoñé los soleos. Empezó por el izquierdo y
después también sobrecargué el derecho.
La “sensatez” me
llevó a parar de correr (parecía que en la bici no dolía), pasar por las manos
del fisio (gracias Carlos) y rezar para que se recuperase lo suficiente. No
olvidemos que la última prueba son 42 kilómetros a pie. Ya no había opción a
cancelar la inscripción (con devolución) y decidí que intentaría lo que se
pudiera.
Y aquí estamos, 2 de
octubre en Villareal de Santo Antonio con un entrenamiento de chiste. Desde
julio:
-
Bici: apenas 1.000km
(41hr) de bici en las piernas entre BTT-Road-Rodillo
-
Carrera: 290km de carrera
(hasta la lesión en septiembre)
-
Natación: 53km
nadados, esto es lo único que me salva.
Recogemos el dorsal en
el Centro Cultural Antonio Aleixo, en el centro de la ciudad.
Como esta mañana ha
tocado trabajar y después del paseo de 4 horas desde Cáceres, nos vamos a
descansar a la habitación para preparar el material.
Repetimos hotel con
respecto el año pasado, pero en esta ocasión no nos dan una habitación tan
chula.
Dejamos la bici antes
del cierre de la T1 a las 20:30 para evitar las prisas mañaneras. Me encanta
ver los boxes llenos de bicis (muchos pepinos de muchos €€€) con todos los
detalles dispuestos.
A las 21:00 nos dan
las últimas instrucciones en la charla técnica de la prueba y a descansar para
lo que nos espera mañana.
Día D
Son las 5:45am, la
prueba dará comienzo a las 7:30am y la hora de cierre de la T1 para los últimos
detalles es a las 7:15am. Bajo a desayunar e intentar meter en el estómago algo
sólido y “contundente”, aunque el estómago anda más cerrado de lo normal. A
penas una tostada con jamón y queso y un yogurt. Mal empezamos.
Desde el hotel a la
salida en la playa habrá unos 200m, así que saldremos con el neopreno medio
enfundado para evitar incomodidades en la playa.
Dejamos el resto de
pertenencias que no nos dejaron el día de ayer (casco, zapatillas, agua,
herramientas,...). En mi caso, he decidido llevar ropa ciclista normal, son
muchos kilómetros y no he probado el mono en una distancia tan larga en bici,
prefiero no arriesgar.
Nos vamos acercando a
la zona de salida...
Probamos el agua que
parece estar a muy buena temperatura para ser el Océano y estar en octubre,
unos 20º según comentaba ayer la Organización. Aun así el uso del neopreno es
obligatorio.
Nos reúnen a todos y
a las 7:30am en punto bocinazo de salida...
Prefiero salir del
montón hacia atrás para evitar que los más rápidos me pasen por encima. Sin
embargo, siempre hay aglomeraciones y los típicos agobios hasta que cada uno
conseguimos un lugar “cómodo” donde nadar.
Nunca había nado
3.800m de un tirón y menos en el mar, pero siempre hay una primera vez. Intento
buscar algún grupo con un ritmo tranquilo que pueda aguantar para evitar ir
sólo. A estas horas, no hay marea ni viento ni sol que molesten en el nado.
Según nado voy
recordando las nuevas instrucciones que nos dieron al cambiar ligeramente el
recorrido, 4 boyas a mano derecha y la 5ª a mano izquierda. De hecho el tramo
más pesado se hace entre la 4ª y 5ª boya, es el más largo y más poblado por
medusas. Tremendas medusas de 40cm de diámetro. Lo justo para agobiarte un poco
más.
Cumplidos los
primeros 1.900m (en mi caso 2.000m, no hay más que ver los zigzagueos en el
mapa) pasamos por el control de vuelta y a por la segunda. Ahora estamos más
desperdigados y no hay tantos manotazos para buscar tu línea.
...5ª boya y de
vuelta a la playa. Se acabó la natación, se acabó lo bueno y empieza el pastel.
Me cambio de uniforme,
me enchufo un plátano y a por el sector en bici...
Y....error de novato.
Nada más salir me da la sensación que tengo la rueda trasera poco hinchada,
suerte que al paso por el hotel un grupo de acompañantes me prestan una bomba.
La vuelta en bici
parece muy interesante. Partimos de Villareal de Santo Antonio para ir
remontando el río Guadiana por su lado portugués y cruzarlo a la altura de la
localidad portuguesa de Mértola para irnos acercando a la frontera con España a
pie del embalse de Chanza para ir buscando Villanueva de los Castillejos y
desde allí dirección sur hasta Ayamonte.
Y del perfil que
decir...no se trata de una prueba llana, pero claro, encontrar un recorrido con
esta distancia, sin repetir vuelta y con poco desnivel...resulta difícil.
Continuos sube y baja
con repechos de incluso el 10-12% que nos van a mantener calentitas las piernas
(D+2000m). Además el viento va a ser un acompañante algo incómodo en el primer
tramo y sobre todo al final del recorrido.
Tras la salida,
pasamos por el paseo marítimo adoquinado de Villareal, suerte los que no
pinchamos... y desde allí cogimos carreteras de todo tipo. Al principio bien
asfaltadas y con arcén, por la zona de Mértola sin arcén alguno que obligaba
estar atentos al paso de algunos vehículos que no se habían aprendido el
Sistema Internacional de medición y que 1,5m es 150cm y no 1,5cm.
Paso a paso por los
avituallamientos, decido tomármelo con calma e ir alimentándome y bebiendo lo mejor
posible hasta el de Mértola donde nos llevaban una bolsa con posibles necesidades
que hubiéramos querido meter. Como por ejemplo un bocadillo en mi caso :)
Llevamos casi 5horas de prueba y desde las 6am que desayunamos...ya está bien.
Paso por El Granado
(PK118) y empiezo a creer que podré completar la bici, lo que resta no es
desnivel, ahora tengo una suave subida hasta Villanueva incluso con viento a
favor...el espejismo desaparece con un bofetón en la cara cuando giramos en
Villanueva de los Castillejos y ahora todo el viento es de cara. Lo que tendría
que ser un terreno descendente y favorable, se convierte en 40km de pesadumbre.
Fue en este tramo
donde acabé de vaciar las pocas fuerzas y ánimos que tenía. Casi tenía decidido
que al llegar a la T2 dejaría la bici y tiraría la toalla. Máxime, si la última
cuesta que nos ponen previa a la T2, son 60m al 14%... :)
Pero una vez en la
T2...después de todo lo recorrido...después de haber pagado la inscripción y el
viaje y estar aquí...después de haber convencido a Silvia...HAY QUE SEGUIR, no
sé cuánto pero HAY QUE SEGUIR.
Me lo tomo tranquilo
y el crono de la segunda transición se me planta en casi 14min. Estoy bastante
apurao de fuerzas y de musculatura. Me siento, me cambio, como, bebo y a por
los 42km...
El tramo que resta a
pie no sería mayor problema en otras circunstancias, a penas desnivel y buena
temperatura, pero en esta situación...presiento que va a ser doloroso.
Voy trotando hasta el
primer avituallamiento (PK2,9). Tengo que parar, espero a un grupito y
seguimos. Cruzamos el puente internacional y entramos de nuevo en terreno
portugués. Nuevo avituallamiento (PK6), ahora sí que sí, tengo que parar. No va
nada, ni la fuerza, ni los músculos y lo más importante, ni la cabeza. Espero
de nuevo al grupo y arranco con ellos, pero en el primer repecho, me lanzo a
andar.
Desde allí, una
bajada y llano favorable, pero en el PK9 llevo 1 hora y los músculos ya me han
avisado, me temo que la lesión pueda reaparecer.
Entonces me acuerdo
de unas sabias palabras que en alguna ocasión me dictó mi amigo Carlos Soler.
Cuando no puedas correr, échate a andar, calculas el tiempo que te queda y paso
militar. Echo cálculos, y hasta que cierren meta, aún son unas pocas horas. POR
QUÉ NO!?
Cojo un bote de cola
y a andar se ha dicho. Intento mantener un ritmo entre 7:30 y 8:00min/km, si me
quedan 33km son 4hr20min.
Van pasando los
kilómetros, intento comer y beber, me agarro una botella de agua y otra de cola
en cada mano que me ayuden como suplemento y de inercia para bracear. Y yo a lo
mío.
Llego al PK18 primer
paso por Monto Gordo de donde salimos esta mañana, allí está Silvia
esperándome, “voy a seguir nena, tardaré un poco, pero sigo”. Me restan 3 idas
y vueltas desde allí al centro de Villarreal (8km por vuelta). En ese momento
intento echar a trotar para ver si los músculos “se han relajado” (iluso de
mí), la tontería me dura a penas 3 km y de nuevo a andar, y de aquí hasta el
final.
Vuelta a vuelta, los
minutos pasan y no tanto los kilómetros, cuando aún me quedan 2 vueltas (16km)
apenas puedo ya ingerir ningún sólido porque el estómago no me lo permite. Echo
cálculos y si soy capaz de mantener mi ritmo, quizá baje de las 5hr 30min en la
maratón.
A estas alturas,
quedamos ya los renegados. Nos vamos cruzando los unos con los otros para
darnos ánimos.
Y en el kilómetro 31,
decido que necesito ayuda extra, me pongo a Marea con el altavoz del móvil y
andando y canturreando nos acercamos a la última vuelta. Casi no doy crédito a
todo esto. A penas puedo subir las aceras sin que algún músculo de las piernas
no se queje, pero ya lo tengo.
Ya estoy en meta, ya
soy FINISHER!!!
Datos de carrera
(mi Garmin):
Distancia: 214,50km
Tiempo de carrera: 14hr 04min 36seg
Posición: 222/354
Desnivel positivo: 1970m
Desnivel negativo: 1970m
Altura máxima: 229m
Altura mínima: 0m
Un masajito en la
llegada, vamos a por la bici a Ayamonte y a descansar que ha sido un día muy
largo.
Reflexiones:
- Muchas gracias a
tod@s los que me habéis animado en esta prueba desde que decidí apuntarme.
Gracias por los ánimos cuando no tenía tan claro el logro. Y por supuesto a
Silvia por su paciencia, por sus cuidados para que pudiera entrenar y recuperar,
por levantarte tan temprano y estar aguantando tanto tiempo sola, por tus
ánimos, POR TODO.
- De nuevo, un año
más, mi más sincera enhorabuena a la Organización que tanto se esmera en que
estemos cómodos y disfrutemos de este gran deporte. Un 10 por los voluntarios,
lusos y españoles, especial mención a los chic@s del avituallamiento de la
carrera cuyos vítores ritos nos empujaban un poco más.
Y como es tradición, no puede faltar la recompensa...