Siempre es un placer
volver al norte y descubrir los mágicos lugares que guardan. Ya me quedé con
ganas el año pasado de poder participar en la Ehunmilak,
prueba grande, pero por distintos motivos no pudo ser. Este año, lejos de poder
correr 100millas, al decirme Aran que iba a correr la prueba “pequeña” me animé
sin pensarlo. G2Haundiak significa los 2 grandes, porque asciende en 88km por
el Txindoki y el archiconocido Aitzgorri.
Vamos a aprovechar la
circunstancia para empezar nuestras vacaciones veraniegas por estas tierras de
camino a Italia, así que vamos haciendo camino con nuestra casa móvil el jueves
7 de julio y estar descansado para mañana.
Hace unas semanas,
los participantes recibimos en casa una carta de la Organización con todo tipo
de información detallada acerca de lo que iba a ser la prueba y la
planificación del evento para que pudiéramos organizarnos
Este detalle es
reflejo de la buena Organización que rodea a las tres pruebas y acabaremos
viviendo durante estos días.
Una vez por la zona y
visitar a nuestros buenos amigos Patxi y Aran, nos dirigimos a Beasain para
realizar el siempre esperado protocolo de recogida de dorsales.
Donde me llevo una
graciosa sorpresa cuando otro participante se ha llevado por equivocación mi
dorsal. Por fortuna y a tenor de la Organización que comentaba antes, apareció
a las pocas horas y me lo entregarían rato antes de la salida.
Y nos retiramos a
descansar.
Día D: Nos
levantamos el día de la prueba y para no estar parados, nos desplazamos hasta
la Venta de Lizarraga para hacer una caminata de 7 km (ida/vuelta) hasta la
Ermita de San Adrián desde donde se tienen unas vistas increíbles del valle.
Lástima que las nubes
no nos dejaban apreciar Aitzgorri.
Después de comer,
intentamos descansar lo máximo posible que a las 23hr empieza el Rock&Roll.
Un rato antes del comienzo nos vamos Aran y yo hasta Beasain para aparcar lo
mejor posible el coche, cenar y dirigirnos a la salida.
Poco a poco se nos
vamos reuniendo el grupo de participantes y es cuando los nervios empiezan a
aparecer junto a la extraña sensación de pensar, “que demonios hago aquí a
estas horas!”. Sin embargo, pronto desaparece cuando nos deleitan con la txalaparta
y un aurresku. Mikel, director de carrera, nos ofrece el parte meteorológico,
parece que tendremos niebla en altura pero la lluvia no aparecerá, y nos da los
últimos ánimos. Y listos...
El primer objetivo es
Zaldibia (PK7), hasta allí la prueba va bastante lanzada, primeros 45min. Luego
primera corta subida hasta bajar a Larraitz (PK18). Son la 1:30am y sin embargo el pueblo
está lleno de gente, incluso otro grupo tocando txalaparta...es increíble!
Desde aquí comienza
la primera subida a una de las dos cotas significativas de la prueba, el
Txindoki (en realidad no se sube a la cumbre si no que se circunvala). Se trata
de aproximadamente 8kilómetros de subida y D+1000m donde cada uno debe coger su
ritmo y afrontarlo a su paso. Próximos a cumbre empieza a refrescar por el
viento, me abrigo y continuamos el continuo cresteo con subidas y bajadas hasta
Uarrain donde podemos recargar líquidos y tomar algo de fruta.
Por delante 9km para
descender casi lo que hemos subido hasta Lizarrausti. Terreno favorable incluso
para correr una vez descendida la parte alta y algo más técnica, sin embargo
hemos superado las 4am y una primera crisis de sueño se apodera de mí.
Me tomo mi tiempo en
el avituallamiento de Lizarrusti (PK36) antes de la larga travesía hasta
Etxegarate. Estudiando el perfil de la prueba no parecía más que un “pequeño”
rompepiernas de 14km que con un poco de cabeza se podría afrontar sin mayores
problemas. Sin embargo, lo que nos vamos a encontrar dificulta bastante este
pensamiento inicial. Una vez ascendemos el primer tramo, la niebla se apodera y
dificulta enormemente el seguimiento de las balizas y por tanto del camino con
el frontal cuya luz se ve reflejada en el espeso manto blanquecino. Además, se
une un estado de terreno de barro que por momentos va a peor. Esto hace que los
tiempos se disparen y los ánimos se vengan a menos.
Por suerte empieza a
amanecer prácticamente en la bajada que queda hasta Etxegarate (PK50) y con
ello el final de la “tortura”. Para hacernos una idea, eché cerca de 2h 30min
en este corto trayecto.
Suerte que en
Etxegarate nos esperan nuestros más acérrimos seguidores esperando nuestra
llegada.
Aquí tenemos
oportunidad de recoger la bolsa de recambio y que una persona nos pueda asistir
dentro de la carpa que la Organización tiene habilitada a tal efecto.
Intento comer algo,
aunque el estómago se ha cerrado en banda. Aún llevo casi toda la barra que
mordisqueé en el Txindoki y que me temo acabará llegando igual a meta. Un
cambio de ropa siempre viene bien para levantar el ánimo, eso sí, repito
zapatillas (embarradas) porque es posible que sigamos encontrando el mismo
terreno un rato más.
Al finalizar la
prueba me enteré que a mi compañera Aran le había tenido puesto problemas para
ser atendida en este avituallamiento por algún problema que hubo con otros
participantes, o mejor dicho sus acompañantes que ocuparon los asientos que más
bien estaban destinados para que los fatigados participantes pudieran descansar
unos minutos. Una lástima.
Con los ánimos algo
más levantados después de ver a mi gente, continuamos el periplo para afrontar
la larga subida hasta la segunda de las cotas principales de la prueba, el Aitzgorri.
Primero una zona de
toboganes siempre ascendente antes de la subida más pronunciada al
avituallamiento de San Adrian (PK59), son ya 10 horas de carrera, empieza a
calentar el sol y aún nos queda una parte durilla.
Reponemos fuerzas en
el avituallamiento y a pensar en Aitzgorri, 5km y D+670m pasando por zonas
emblemáticas de la carrera Zegama-Aitzgorri. El paso por la Ermita y luego por
el bosque se me empieza a atragantar, me cuesta avanzar. Cuando salimos del
bosque, se divisa la “canal” que va dando acceso al cresterío de la cumbre.
Cuando consigo
alcanzar el refugio, cual es mi sorpresa que están allí los padres de Aran para
animarnos y darnos otro chute de ánimo.
Ahora queda bajar
Aitzgorri hasta la Campa de Urbía (camino inverso que hace dos años en HiruHaundiak. La bajada me cuesta un
montón, se une que se trata de una bajada algo técnica, por caliza, que está
apretando bastante el calor y que las piernas no me responden. Una vez en la
Campa, se sube a Arkaitz y de nuevo una interminable bajada hasta el siguiente
avituallamiento en Oazurtza (PK68). A penas 9 kilómetros de diferencia entre
estos dos últimos puntos de paso y el tiempo ha caído terriblemente.
Llego bastante tocado
y pensando que todavía restan 20km a meta. Tras el refrigerio, vuelvo a trotar
y a coger sensaciones pensando que lo que queda es terreno más favorable. Voy
cogiendo a varias unidades de corredores, lo cual me da ánimos y pasando por
Ceráin me encuentro de nuevo con nuestra afición.
Desde allí no queda
nada a Mutiloa donde nos esperan hasta con un refrigerio a golpe de manguera en
el frontón del pueblo y prisa pero sin pausa afrontamos los últimos 10
kilómetros hasta meta que se acaban convirtiendo en casi 15. Qué extraña
sensación la de ver que tu llegada está allí pero el camino sigue zigzageando
hacia uno y otro lado sin dirigirse a meta.
Una vez en el pueblo,
pasamos por las puertas del pabellón al que luego vendremos y desde allí otra
interminable sucesión de rectas para cruzar la ciudad y llegar a meta.
Cuando encaras la
calle Nafarroa Etorbidea y empiezas a escuchar la megafonía, ya sabes que el
final está cerca, las emociones se disparan. Pronto veo a Silvia con la que
tengo la deuda pendiente de entrar junto con ella a meta.
Otro reto conseguido.
Una ducha y de nuevo
a meta para recibir a Aran.
En el transcurso
aparece Javi Domínguez que se lleva el cetro de la Ehunmilak.
Datos de carrera:
Distancia: 88km
Tiempo de carrera: 15hr54min22seg
Posición: 100/437
Ritmo medio: (10,84min/km)
Desnivel positivo: (5.915m)
Desnivel negativo: (5.915m)
Reflexiones:
- Una vez más, me he
quedado fascinado por el entorno y por las carreras que hacen por aquí. Una
Organización de 11.
-
Y qué decir de los
Voluntarios. No en muchas pruebas se puede congregar a cerca de 1.400
voluntarios. Tocábamos casi a un voluntario por corredor. Gente volcada con el
evento y con nosotros para que sólo tuviéramos que preocuparnos de correr.
-
Me ha encantado
compartir parte del recorrido con Aran. Creo que había momentos que la estaba
“atosigando” con tanto hablar. Habrá que repetirlo amiga. Muchas gracias amigos por vuestro trato y acogida.
Y ahora a disfrutar
de las vacaciones que se nos presentan por delante...