En la recta final antes de la gran aventura por Perú. Decidimos hacer una quedada de confraternización previa para irnos conociendo en profundidad. Lamentablemente sólo pudimos coincidir 5 miembros de la Expedición: Pedro, Elizabeth, José Antonio, Manolo y yo, y acompañados de Rafa y Sole.
Ese día por la tarde (sábado), me recogieron Manolo, Sole y Rafa para dirigirnos hacia Candeleda y desde allí subir hasta la Ermita de Nuestra Señora de Chilla, allí quedaríamos con José Antonio, para ver el partido de España-Francia y más tarde con Pedro y Elizabeth.
Tras cumplir con las primeras obligaciones, aunque sufriendo (España 2 – Francia 0). Buscamos un “cómodo” lugar para dormir bajo las estrellas en lo que se presume una noche agradable en cuanto al tiempo se refiere. Hay que intentar descansar puesto que madrugaremos un poco.
A eso de las 4:45am suena el despertador, y con más pereza que otra cosa nos vamos poniendo manos a la obra. Un buen desayuno bajo la luz de los frontales y a andar. Aprovechamos los comienzos del amanecer para evitar en la primera parte de la subida el caluroso día que anunciaban.
Vamos adentrándonos en la garganta y ya podemos ir intuyendo nuestro objetivo, la Portilla de Cobo a unos 2.300m.
La parte final de la subida, una gran bolera que obliga a agudizar el equilibrio “emulando” las cabras del lugar.
Al final de la subida, el sol comienza a hacer justicia son cerca de las 10:00am y hemos tardado una 3 horas y media horas en subir.
Desde allí, se da la vuelta al Casquerazo hasta llegar a la Portilla de los Machos.
Al final unas 8 horas y 23 kilómetros recorridos (+2.278m).
Ese machaca!!!
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