De nuevo aquí nos
encontramos en una nueva edición de esta clásica. A pesar de la coincidencia en
fecha con la Media Maratón de Cáceres, ciudad de residencia, no podía faltar a
esta cita. Una carrera que a pesar de cumplir sus 27 primaveras, sigue sin ser
cita obligada de tantos otros corredores de la zona y este año tan sólo se
llegó a los 180 inscritos. Quizá por su dureza, según algunos, quizá porque hoy
en día hay numerosas citas y coincidencias todos los fines de semana. El caso
es que si el cuerpo está bien, por aquí nos encontraremos.
El día antes
recogemos el dorsal de la prueba y preparamos las herramientas de mañana.
Son las 10:00am y
Jaime y yo nos vamos acercando a la salida en la Corredera. Nos vamos
encontrando con unos y otros, siempre caras conocidas y hoy hermanos
sufridores.
Va a ser la primera
prueba del año y aún no sé cómo responderán las piernas. Así pues, la
estrategia de hoy es salir, intentar seguir a Jaime e ir viendo cómo actúan las
piernas.
Después
de las típicas vueltas en el parque para calentar, a las 10:30am dan el
pistoletazo de salida. Y como todos los años.....todos a machete.
Una
primera vuelta por el centro de la ciudad a ritmo vivo para acabar bajando hasta La
Antigua y coger la carretera del Tranco del Diablo.
Ya
conocemos esta bajada, no hay que cebarse pero hay que aprovecharla para
compensar los ritmos bajos de la subida a partir del kilómetro 9º. Además se
nos une el incómodo viento. Pronto empiezo a ser rebasado por varios corredores
incluída la primera fémina. Y pienso si estaré echando demasiado el freno, pero
lo bueno de hirse haciendo “mayor” es que ya te conoces de otras ocasiones y
más o menos sabes donde está tu ritmo.
Llegamos
al camino de los molinos y giramos a la derecha para tomar la carretera de
subida hasta la Calzada. Aquí se empieza a saber quién se ha emocionado en
exceso en la bajada y afortunadamente para mi, me van sirviendo de referencias
a alcanzar.
Aprovechándonos
del viento a favor y de mi especial querencia por las cuestas, comienzo a coger
algunas unidades de las que me pasaron bajando, pasamos el rampón que accede a La
Calzada de Béjar, recuperamos en una leve bajada hasta la recta de Sangusín y de nuevo subida hasta el pueblo de Navalmoral.
Segundo muro que debe ser desmoralizador para el corredor que venga por primera
vez a esta carrera.
Pasado
el pueblo, llegamos al PK16 donde comienza un contínuo tobogán pero siempre
favorable aunque este año aderezado con el fuerte viento y ahora comienzo de
lluvia fina.
Este
año las nubes no nos permiten disfrutar de las hermosas vistas de la Sierra
nevada.
PK18
y alcanzamos la zona del Ventorro. Un nuevo cambio de sentido, lo cual favorece
por el viento y una bajada de 1,5km hasta entrar en Béjar con los últimos 1,5km
de ligera subida hasta meta. Miro el reloj y marca 1hr 19min, hago cálculos y
sabiendo que las fuerzas van menguando y el pequeño repecho...unos 10minutos a
meta.
Habrá
que intentar al menos bajar de la 1h 30min. Así pues echo el resto hasta
alcanzar la calle Ramiro Arroyo dónde está la meta. Miro el reloj, y no me lo
puedo creer, repito la marca de hace dos años (1hr 25min) e incluso la mejoro en unos segundos.
Ahora toca disfrutar
de una merecida ducha, la charla con los amigos y disfrutar del piscolabis y entrega de trofeos que
tiene preparada la Organización.
Tiempos de carrera:
Datos de carrera
(mi Garmin):
Distancia: 21,097km
(20,96km)
Tiempo de carrera: 1hr 25min 03seg
Posición: 17º (5º Categoría)
Ritmo medio: 4:07min/km
Desnivel positivo: 455m
Desnivel negativo: 455m
Altura máxima: (990m)
Altura mínima: (714m)
Reflexiones:
-
No me cansaré de
decirlo, como siempre, un 11 a la Organización. Son pocas las pruebas con poco
o nulo ánimo de lucro y si un profundo interés por promocionar un deporte como
este y una zona tan magnífica como por la que corremos. Apenas 10€ de
inscripción con una preciosa camiseta, servicio de guardarropa, ducha caliente,
ágape post-carrera y un lote copioso de productos a los finisher.
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