domingo, 13 de marzo de 2011

XIX Marcha MTB Sotoserrano (13-marzo-2011)

Qué hay mejor en esta vida que madrugar un Domingo para ir a salir en bici con los amigos… lo que desconocíamos era el día de perros que nos esperaba.
La Marcha MTB de Sotoserrano-Caminomorisco, es una de esas marchas clásicas que no deben faltar en el calendario. Los caminos por los que discurre y las vistas que ofrece son increíbles. El perfil de la prueba no es excesivamente exigente:
Se trata de una ruta circular de unos 63km, 900m de desnivel positivo con una pendiente máxima de ascenso de 12,1% y de descenso de 16,3%.

Domingo 13 de Marzo, son las 9:00 am y la mañana parece húmeda, esperemos que la lluvia no vaya a más. Para Andrés, Helena, Mario, Nuria, Alex, Ana y Nacho, es su bautizo en esta prueba, y me gustaría que pudieran disfrutarla.

Vamos a inscribirnos.
Una vez con el dorsal en mano, creo que me tocó el 429, digo creo porque lo perdí en algún momento de la marcha, se ve que no aguantó tanta agua, nos disponemos a las vestimentas del día y aquí viene la duda: “¿De corto o de largo?”, como soy un machote de mi pueblo, decido ir de corto.
Después de varias dudas y preparativos de las bicis, ya estamos preparados para la salida.
 
Las chicas van a salir desde Riomalo.
Como siempre Mario, cámara en mano retratando todas nuestras hazañas. Nuestras caras no mostraban las penurias que nos esperaban a lo largo de la jornada.

Tras media hora de espera de rigor, dan la salida.
Tras los primeros 16km y una caída semiaparatosa mía, se llega al primer avituallamiento.
Un trago de agua y un plátano, “pero sólo uno por persona Mario!”. Desde aquí otros 27km hasta el segundo avituallamiento.
Continuamos pues la marcha…
Como decía al principio, las vistas que ofrece la Marcha son increíbles.
Eh aquí a los Pitis disfrutando de las vistas del río Alagón. El Rober estaba en otra movida…. J

Por aquí ya parecía que iba a llover algo más de lo que habíamos pensado, a las pruebas me remito.
 
Se llega al segundo avituallamiento, calados y embarrados hasta en el carné de identidad.
Una parada rápida para comer y beber algo y un poco de abrigo para el tramo que nos queda en carretera hasta Sotoserrano.
Tras dos horas y media “penando”, llegamos a la meta. Ahora toca un lavado rápido a la bici y una ducha fría para el dueño.
Y por supuesto la merecida recompensa, la degustación de un buen bocata de jamón de la tierra.
Toca ir pensando en el regreso. Nos queda el consuelo de pensar que podamos venir en más ocasiones y de que el tiempo se alíe con nosotros.