sábado, 15 de octubre de 2016

IV Iberman LD. (15-octubre-2016)


Tras el hachazo sufrido el año pasado cuando me presenté en esta prueba con mucha ilusión pero pocos kilómetros, no tenía más remedio que volver a apuntarme para quitarme esa espinita del corazón. Así pues, en la tarde del 30 de enero, sin mayor vacilación, me apunté en la IV edición del IberMan.

La primera sensación es de alivio por la decisión tomada e ilusión y tranquilidad por los meses que quedan por delante. Sin embargo, los meses van pasando, y yo de momento me centro más en las carreras por montaña. En el horizonte el Trystrong de Barbate en el mes de mayo, para el cual voy metiendo más volumen de bicicleta. Pero 3 días antes lo cancelan y el trabajo específico se va por “la borda”.

Continúo con mis carreras: Ultrafondo Vetona y G2Haundiak y después unas merecidas vacaciones. Nos plantamos en agosto, a 2,5 meses de la cita y mucho trabajo por hacer. Tenía claro que desde esta fecha hasta el día D me centraría muy mucho en la bicicleta, pues está claro que llegar a la T2 (transición de bici a correr) con las piernas lo más frescas posibles, es sinónimo de hacer una maratón en condiciones.

Aprovecho los fines de semana en el pueblo para ir sumando kilómetros bien sólo bien con Jaime.
Y más adelante no olvidándonos en la carrera y si alguna es en altura, pues mejor que mejor. 

Las sensaciones en la bici son buenas, aunque 180km sólo los experimentaremos el día D.

Y finalmente llegamos a la semana previa al evento. Un poco de running, algo de natación (probando el neopreno), hidratos de carbono y a descansar. Preparo el material que me llevaré y la alimentación.

Y ya estamos aquí, 15 de octubre en Ayamonte, nos registramos en el hotel de la prueba (Iberostar Isla Canela), recogemos el dorsal. 
 

Y de allí vamos a dejar la bici en la T1 que mañana no nos dejan llevarla. 

Nos retiramos al hotel para cenar, escuchar el briefing y a dormir temprano que mañana toca madrugar.

Día D.

Son las 6:45am, la prueba de Larga Distancia dará comienzo a las 8:30am y la hora de cierre de la T1 para los últimos detalles es a las 7:45am. Bajo a desayunar e intentar meter en el estómago algo sólido y “contundente”, aunque el estómago, entre los nervios y lo temprano, anda más cerrado de lo normal.

Desde el hotel a la salida en la playa nos han regalado un trayecto de cerca de 1 kilómetro que recorro con el mono medio enfundado. Una vez en los boxes, se comprueba la presión de aire en la rueda, coloco el casco y ropa para el sector de la bici, coloco los botes y alimentación en la bici.

Y nos vamos acercando a la playa para ir probando el agua y ver la salida de los compañeros del Media Distancia.

El agua está perfecta, calmada y con buena temperatura.

Tras un ligero retraso, a eso de las 8:30 dan la salida a la Media Distancia y 10 minutos después a nosotros.

Como siempre los comienzos en natación son complicados, muchos nervios y mucha gente queriendo pasar por el mismo sitio. En un momento camino de la primera boya, un paisano decide agarrarme la pierna derecha y tirar de mí hacía atrás...”perdón” me dice el tipo, como si hubiera sido sin querer.

Tras pasar la primera boya, cojo mi ritmo y sin coger ningún grupo, decido ir a mi instinto.
Primera vuelta con una larga transición hasta llegar de nuevo al agua. Se nota el mareo del cambio de posición tan rápida. Comenzamos la segunda vuelta, ya sin tanto barullo y pensando más en la bici.

El último largo voy prácticamente sólo e incluso me da por pensar si iré en cola de carrera pues no veo muchos participantes. Pero salgo del agua y veo 1hr 18min en el reloj. He bajado con respecto al año pasado. Cruzamos la playa dirigiéndonos hacia la T1.

Nos cambiamos el traje de faena. Este año tampoco me he atrevido a llevar el mono de triatlón, aunque lo he probado en alguna salida, no he tenido buenas sensaciones y al fin y al cabo son 180 kilómetros. Así pues, traje de ciclismo que está más que probado.

La vuelta en bici, no es más que 180 kilómetros de na´. Se trata del mismo circuito del año pasado pero en sentido contrario.

Aquí comienza mi triatlón, el año pasado llegué con muy pocos kilómetros en bici, este año he intentado corregir esto pero...habrá sido suficiente?  Para empezar tendremos 45km con aire en contra, el mismo que tendremos de vuelta en lado portugués porque la previsión es de cambio en el sentido del viento.

Intento no cebarme en exceso e ir comiendo todo lo que puedo, aunque allá por mitad de recorrido llegando a Mértola, esperaba recoger la bolsa intermedia de comida que nos permite dejar la organización. Cuál es mi sorpresa que al llegar al avituallamiento, no están las bolsas, pregunto y me dicen que está en Alcoutim, en el kilómetro 130. Y me pregunto, “para que la queremos a 50km de meta”.

Había calculado las reservas para recoger comida en Mértola, lo que me obliga a reservar lo que llevo. Es aquí donde empiezo a comer peor.

Pasado Alcoutim y por el kilómetro 150, comienza mi particular viacrucis hasta meta.

El viento me tiene frito, las fuerzas van desapareciendo y empiezan las dudas de sí estaré en condiciones de poder correr.

Tras casi 6 horas y 45 minutos de bici, por fin llego a la T2 en Castro Marim, me tomo mi tiempo para cambiarme de ropa, alimentarme y mandar algún sms.

Una vez me calzo las zapatillas y me olvido de la bici, pienso...”este es mi sector, por muy cansado que esté, tengo que darlo todo”. Pronto veo que a pesar del calor y las fuerzas dejadas en la bici, mis ritmos no están mal. Voy recuperando posiciones de aquellos que me pasaron en la bici y eso me va dando alas.

Pasamos el puente internacional donde nos marcan un tiempo de paso mínimo antes de que vuelvan a abrir el paso.

Y sigo kilómetro a kilómetro hasta Ayamonte, con mi botella de agua en mano e hidratándome todo lo que puedo.

Una vez en Ayamonte (PK15) me restan 4 vueltas de 7 kilómetros. Ahí hay que tirar de nuevo de cabeza para no caer en la complacencia de andar.

Llego a la tercera vuelta y mis pensamientos solo están ya en acabar, miro el reloj y veo que será complicado bajar de 12 horas, quizá si no hubiera “gastado” 22 minutos en las transiciones...pero lo hecho, bien hecho está. Lo cierto es que estoy manteniendo buenos ritmos, parece que acabaré corriendo y debajo de las 4 horas en la maratón.

Y a partir del kilómetro 40, a disfrutar. Por la cabeza, todas las horas de sacrificio, las mías y las de los que se quedan en casa.

Encaro la recta de meta y la emoción es tremenda. No me salen las lágrimas porque después de 226 kilómetros no me queda agua para ello.


Muchas gracias nena por esperarme como siempre. 

  
Datos de carrera (mi Garmin):
Distancia: 224,69km
Tiempo de carrera: 12hr 16min 16seg
Posición: 73/230 (17º categoría)
Desnivel positivo: 1970m
Desnivel negativo: 1970m
Altura máxima: 229m
Altura mínima: 0m
 


Reflexiones:
           
-          Como siempre, muchas gracias a tod@s los que me habéis animado en esta prueba desde que decidí apuntarme. Y por supuesto a Silvia por su paciencia, por sus cuidados para que pudiera entrenar y recuperar, por levantarte tan temprano y estar aguantando tanto tiempo sola, por tus ánimos, POR TODO. 

-          Me llevo la satisfacción de haber podido acabar de nuevo un reto como este. Haber podido terminarlo corriendo y quitarme la espinita del año pasado. Y la sorpresa de haber acabado 17º de mi categoría y el 26º en la maratón. 

-          De nuevo, un año más, mi más sincera enhorabuena a la Organización que tanto se esmera en que estemos cómodos y disfrutemos de este gran deporte. Y un 10 por los voluntarios que con sus ánimos nos ayudan a continuar. Tan sólo un par de apuntes en lo que se refiere a la ubicación del hotel y de la T1. Aunque sirve para ir calentando, quizá un hotel algo más cercano a la salida de la prueba no hubiera estado mal. Por otro lado, 7 kilómetros entre la meta y el hotel son muchos como para ir soltando piernas, quizá un servicio de autobuses para participantes y acompañantes, con una frecuencia horaria por ejemplo ayudaría. Y por otro lado, un avituallamiento algo más específico en meta para el sobreesfuerzo de un día tan duro y largo, no estaría mal. Todavía me acuerdo de la llegada en el Medio Ironman de hace un par de años con esos fresones de Huelva.

-          Gracias a María Jesús Sierra, “la campeonísima” por dedicarme un momento.