Quién me mandaría a
mí!!!
Este año no iba a
poder ser los 100km a pie, no debía teniendo en cuenta que en tres semanas
corremos GTPeñalara (114km) y a pesar de que Jorge Salvador me tentó. Lo más
sensato era hacer un buen entreno largo con la Maratón y así quitarme la
espinita de 2015 cuando no llegué a tiempo de conseguir dorsal.
A pesar de no haber
corrido sólo la Maratón aún, conozco el recorrido (de otros años los 100km) y
sabía que se podía ir muy rápido, pero no me esperaba tanta velocidad...
Me levanto alrededor
de las 6:15am, cojo el coche y recorro los 140km que me separan de Béjar. Un
rápido desayuno por el camino y a las 7:40 estoy aparcado y en el Pabellón
dispuesto para cambiarme. La salida es a las 8:30, todo un acierto teniendo en
cuenta el azote del sol otros años, y voy con tiempo para ir estirando y
calentando.
Quedo con Jaime para
que me dé el dorsal que recogió el día anterior y se eche su último café antes
de la carrera...
...y cuando me doy
cuenta son las 8:25 y él tan tranquilo. Al final llegamos por los pelos para la
salida. Poco más que saludar a los conocidos alrededor y preparados, listos,
ya...
Comenzamos con un
primer tramo por las calles de Béjar. Como no ha dado tiempo a ponerse en filas
delanteras, toca ir saltando en los primeros metros. Cuando me doy cuenta, al
lado de Heras. Todo un espejismo por supuesto, porque nada más comenzar la
calle Colón, nos puso a todos en fila india. Y es que pareciera que hubieran
dado la salida a una media maratón de asfalto, cierto es que el primer tramo es
muy, muy favorable, pero hasta 41km, no habrá tiempo para correr...
El día se presenta
excepcional, nada de calor, cielo nublado y nada ventoso:
por lo que en ese
aspecto, la cosa va muy bien.
Me alcanza el amigo
Julio y vamos charlando de nuestras cosas. Al paso por el PK2.5 estamos en
torno al 10º puesto y no vamos precisamente lentos.
Cruzamos la autovía
por debajo (La Umbría) camino hacia la calzada. Antes de empezar la subida a la
calzada, PK7, me da por mirar el reloj y marca un ritmo de 4:03min/km. Terreno
hasta ahora muy favorable, pero... comenzamos la subida y paso a paso me voy
despidiendo de Julio. Voy subiendo “cómodamente” con la referencia visual de un
grupito delante.
Ya en La Calzada
(PK9) rebaso a algún corredor pasando de 10º a 9º. Cojo un poco de fruta, gel y
seguimos...
Tengo muy cerca a un
grupo de 3 corredores y estaría genial poder unirme a ellos para no ir solo
hasta Montemayor al menos. Poco a poco voy tomándoles metros pero me cuesta un potosí. Hasta el PK11 más o menos no me
uno a ellos.
Al principio me
pareció buena idea, pero viendo el ritmo que se marcaban en la bajada hasta
Montemayor...me dio por pensar si no fundiría plomos.
Pasamos por el PK14
donde hay una estación de agua. Sin intención de parar por parte de ninguno,
cojo una botella de agua sobre la marcha, relleno el softflask y listo.
Se va acercando mi
“bicha”, la bajada por la calzada romana hasta Montemayor. Poco más de 1km algo
técnico y en esta ocasión más resbaladizo por la humedad. Se me escapan los
compañeros de faena (David y Chago), hasta cerca de 2 minutos que en aquel
momento me parecieron irrecuperables. Entro 8º en Montemayor (PK21) con 1h38min
a 2-3 minutos de la cabeza si nos olvidamos de Heras. De nuevo me encuentro con
Cris y Estrella. “Qué gusto da recibir ánimos de conocidos!”. Otro gel, algo de
sales, plátano y listo...
Cojo el camino junto
al río previo al muro de “Huy” que
nos llevará hacia Peñacaballera y no hago más que acordarme de cómo me torcí el
tobillo en este mismo punto (PK50) hace dos años en la Ruta Vetona. Afortunadamente en esta ocasión paso de día y con más
cuidado (no hay nada como haber tropezado antes para aprender).
Subida hasta
Peñacaballera, D+185 en 1,5km (12% de media) que en circunstancias normales se
sube con la min... pero con 24km en las piernas, hace algo más de bola. A pesar
de ello, subo a mi ritmo, un par de andadas (una de ellas para
autoavituallarme) y pronto veo a David y Chago. Los cojo llegando a Peñacaballera
y más o menos seguimos juntos hasta Puerto. Chago parece tocado, lleva un par
de avisos en los isquios. Le cedo una pastilla de sales y por momentos va
recuperándose. Es todo un figura.
Ahí ya me voy
acordando que cerca debe estar mi compañero Aitor que me “prometió” acompañarme
los últimos kilómetros. Subo hacia la estación de tren, giro a la izquierda y
tomo la vía verde y ahí aparece inconfundible.
“Vas 6º” me dice, “y
tienes muy cerca a Alberto y Abelardo”. Para que nos hagamos una idea, estamos
en el kilómetro 29, llevamos una buena tunda en las piernas y lo que queda no
es complejo en lo que a desnivel se refiere y precisamente por eso, se presenta
duro por lo rápido.
A pesar de ello, toma
las riendas, vamos charlando, me va comentando como va su entreno, como ha
visto a unos y a otros. “Heras, en otra galaxia, saca la vida a los
segundos...”. Tomamos el desvío a Puerto de Béjar, ya las cuestas van pesando y
no se suben con la misma alegría. Como para coger a nadie más...
Pasamos por el
avituallamiento de Puerto de Béjar (PK31), 2h28min. Otro gel, vaso de aquarius
y listo.
Nos restan 10
kilómetros y aún no me creo el tiempazo que llevo (para ser yo). Pasamos por la
típica zona embarrada antes de cruzar de nuevo la nacional, atravesar
Cantagallo y coger la vía de servicio paralela a la autovía.
Comenzamos a ver a
otro corredor justo delante. “Es Alberto” me dice Aitor. A mí me parece un
mundo lo que nos separa, sobretodo sabiendo lo que nos queda. Pero lo cierto es
que llegando a La Gloria y una vez conectando de nuevo con la vía verde
(PK36,5) le damos “caza”. Parece algo más cansado y Aitor pronto me pone a un
ritmo de 4:30, es llano y hay que aprovechar estos 3 kilómetros. Al principio
le sigo animado, pero veo cómo se va vaciando mi barra de estado. La posición
no era algo que me preocupase, pero no se está todos los días 5º en una maratón
y con los fieras que hoy corrían, así que intento aferrarme al puesto sin
despistarme mucho porque Chago viene pisándome los talones, no me va a dar ni
un respiro siquiera en la subida por la Cañada de Merinas.
Una vez arriba sólo
queda dejarse caer hasta la Calle Colón y recta a meta. Por el rabillo del ojo
hemos visto que no viene nadie cerca, lo cual nos deja paso a disfrutar de
estos últimos metros en compañía con Aitor para parar el crono en 3 horas 20
minutos.
Y en una increíble 5ª
posición.
Ahora duchita,
reponer alimentos y de vuelta a casa para saborear el momento.
Datos de carrera
(mi Garmin):
Distancia: 42km (40,78km)
Tiempo de carrera: 3h 19min 34seg
Tiempo en movimiento:
3h 18min 56seg
Posición: 5º general
Ritmo medio: 4:54min/km
Desnivel positivo: 983m
Desnivel negativo: 989m
Conclusiones:
-
A pesar de esperarme
hasta último momento para apuntarme puesto que no tenía claro si podría
asistir. Me alegro haber podido sacar un entreno tan bueno de cara al Gran
Trail de Peñalara. Esperemos que no nos pese el exceso de velocidad.
-
La Organización,
mejorando año a año. Ha habido una mejora notoria en lo que a señalización se
refiere, lo cual ayuda mucho (especialmente en la parte nocturna). Gracias a
todo el voluntariado sin los cuales no son posibles este tipo de pruebas.
-
Enhorabuena a tod@s
los participantes, corit@s, bejaran@s y otros amig@s llegados de todas partes.
-
Y muchas gracias a
Cristina y a Aitor por el apoyo moral durante la carrera.
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